Cuando empiezas con una dieta 100% vegetal, cenar vegano puede parecer un lío y, encima, caro. Se acabaron el huevo rápido, la nata en las cremas o ese pescado a la plancha de última hora. Y si además quieres que sea barato y fácil... parece misión imposible. Pero no lo es. Con una despensa bien pensada y un par de ideas claras, puedes cenar rico, sano y sin dejarte el sueldo.
Las sopas y los guisos en verano nos ayudan a refrescarnos, igual que el té. Es una forma de regular la temperatura corporal.
Pero no, no hace falta hipotecarse, de momento. Ya veremos qué pasa si siguen subiendo los precios y los sueldos son lo único que tenemos congelado este verano. Con planificación y una despensa bien llena, hay cenas veganas que son fáciles, baratas y fáciles.
Imprescindibles para mi despensa y mipaz mental
Esta es mi lista, así que la tuya puede ser algo diferente.
Verduras congeladas: listas en minutos y sin riesgo de que se te pasen.
Legumbres cocidas: bote, congeladas o de tu batch cooking.
Tofu o seitán: congela por raciones.
Proteína texturizada: soja, guisante... barata y versátil.
Caldo de verduras: casero o uno de calidad.
Especias y hierbas: el toque maestro.
Semillas de cáñamo: proteína y omegas sin arruinarte.
Las latas de conservas protéicas veganas no son baratas y es una pena no tener un “atún” ni unas carnes en conversa ya listas para comer que estén a precios accesibles de verdad. Así que cuando vuestras marcas favoritas estén de oferta, os aconsejo hacer acopio (revisando siempre la fecha de caducidad).