5 motivos por los que el genocidio de Gaza es un desastre medioambiental
El veganwashing no puede tapar lo que el gobierno de Israel está haciendo
No puedo estar hablando de esto del comer, de la sostenibilidad, de la seguridad alimentaria y de la agricultura regenerativa y no hablar de este tema.
Esta madrugada Israel ha secuestrado en aguas internacionales un velero con ayuda humanitaria rumbo a Gaza. Iban 12 personas de distintas nacionalidades. A estas misiones se las llama Flotilla de la Libertad, en referencia a las primeras operaciones de este tipo que intentaron romper el bloqueo. A bordo viajaban la activista alemana Yasemin Acar, la eurodiputada francesa Rima Hassan, Greta Thunberg y el español Sergio Toribio, que siguen en paradedo desconocido. En Francia hubo protestas espontáneas en varias ciudades desde esta madrugada y en España en este momento ya se están haciendo convocatorias.
Para mí, esto es una violación del Derecho Internacional y un acto de terrorismo de Estado. Israel deja claro que quien intente romper el bloqueo será perseguido, aunque solo lleve medicamentos y alimentos.
Israel: ecocidio, bloqueo y propaganda
Cuando hablamos de seguridad alimentaria, no solo nos referimos a encontrar productos frescos y etiquetados correctamente en el supermercado. La seguridad alimentaria también es que una población pueda acceder de forma estable, digna y suficiente a los alimentos que necesita para sobrevivir. Es la base para que no haya hambre, desnutrición, ni dependencia forzada de ayuda internacional.
En Gaza y Cisjordania, la destrucción de la infraestructura agrícola, el bloqueo sistemático de suministros y la utilización del hambre como arma de guerra convierten la inseguridad alimentaria en una herramienta de genocidio. No es un efecto colateral: es una estrategia calculada para debilitar, someter y aniquilar a una población entera.
Aquí van los cinco motivos por los que lo que ocurre en Palestina no es solo un crimen contra la humanidad, también lo es contra el planeta. Seguro que hay más, pero yo listos los que para mí son más urgentes.
Destrucción de hábitats y agricultura
Han arrasado olivares centenarios, tierras de cultivo, bosques, invernaderos y pozos. Más de 65 kilómetros cuadrados de área agrícola están destruidos. No es solo la base de la subsistencia local: es la desaparición de hábitats enteros.
En Palestina los olivos no son solo árboles: son sustento, historia y resistencia. Muchos tienen siglos de antigüedad y pertenecen a las mismas familias desde hace generaciones. Cuando los colonos israelíes los arrancan, no solo destruyen cultivos; intentan borrar la presencia palestina de la tierra. Según organizaciones locales, decenas de miles de olivos han sido talados o quemados en los últimos años como parte de una estrategia de ocupación y despojo.
Bombardeos contaminantes: escombros tóxicos y armas químicas
El bombardeo masivo ha generado entre 37 y 50 millones de toneladas de escombros contaminados con asbesto, metales pesados y químicos peligrosos. A esto se suma la contaminación persistente del suelo y el agua por el uso de municiones y armas prohibidas, como el fósforo blanco.
Colapso de las infraestructuras de saneamiento
Las plantas de tratamiento de aguas están destruidas. Cada día se vierten más de 100.000 metros cúbicos de aguas residuales sin tratar al Mediterráneo. Los pozos de agua potable están contaminados. El resultado: brotes de cólera, hepatitis y otras enfermedades infecciosas.
Huella de carbono descomunal
Solo las operaciones militares ya han emitido casi 1,9 millones de toneladas de CO₂ equivalente. A esto habrá que sumarle otros 31 millones de toneladas en los trabajos de reconstrucción. Las emisiones totales son comparables a las de muchos países pequeños en un año entero.
Vertederos colapsados y pérdida de biodiversidad
Miles de toneladas de basura se acumulan en vertederos improvisados, filtrando contaminantes al suelo y las aguas subterráneas. Mientras tanto, los animales, las plantas, los hábitat, la vida y el patrimonio ecológico de la zona sufren pérdidas irreversibles.
Pero la destrucción ambiental no ocurre en el vacío. Forma parte de una estrategia más amplia de normalización de la situación a nivel internacional. Israel no solo busca neutralizar políticamente cualquier crítica a sus crímenes de guerra; además intenta vender al mundo una imagen de modernidad, derechos LGTBI, innovación tecnológica y compromiso ecológico.
El lavado de cara
El gobierno de Israel puede hacer veganwashing, pero la realidad es tozuda: además de masacrar a la población palestina, están destruyendo un ecosistema entero.
También es un estado que lo mismo te financia la investigación de carne cultivada que el uso militar de IA, algo que está utilizando en la población de Gaza. Tecnología armamentísica ya testada en terreno real y con fantásticos resultados, dirán en las ferias de armamento.
Ese ejército, o Fuerzas de ocupación israelís, con botas militares de matarieles sintéticos y vegetales no son el ejército más vegan-friendly de la historia.
El sionismo sigue el manual del greenwahing, pinkwashing y del veganwashing al pie de la letra. Nos utiliza para lavarse las manos.
Vamos a recordar que Israel usó Eurovisión en Tel Aviv para proyectar una imagen lgbtiq‑friendly mientras seguía aplicando una ofensiva militar que mató a 58 palestinos apenas unos días antes de la gala.
En España, TVE cuestionó su participación al intervenir con mensajes como “Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción”, y el propio Pedro Sánchez comparó la expulsión de Rusia con la permisividad hacia Israel, denunciando los dobles estándares.
Nota de contexto
Este texto critica el sionismo como ideología política y como proyecto colonial. No tiene nada que ver con la religión judía ni con las personas judías. El sionismo es la base sobre la que se sostiene el Estado de Israel para justificar la ocupación de Palestina, el apartheid y las políticas de limpieza étnica.
Aviso personal
Soy antisionista. Eso significa que rechazo el proyecto político que legitima la colonización de Palestina. Y también significa que sé perfectamente distinguir entre las personas judías, su religión, sus comunidades y el sionismo como ideología de Estado. De hecho, muchas personas judías son antisionistas. Y muchas personas no judías son sionista, incluyendo a personas cristianas. No es lo mismo ser judío que ser sionista. Y voy a repetirlo las veces que haga falta.
Referencias
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Lakhani, N. (2024). Emissions from Israel’s war in Gaza have ‘immense’ effect on climate catastrophe. The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/world/2024/jan/09/emissions-gaza-israel-hamas-war-climate-change
Ahmed, K., Gayle, D., & Mousa, A. (2024). ‘Ecocide in Gaza’: does scale of environmental destruction amount to a war crime? The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/environment/2024/mar/29/gaza-israel-palestinian-war-ecocide-environmental-destruction-pollution-rome-statute-war-crimes-aoe
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Osante, A. R. (2024). El apartheid ecológico con el que Israel somete a los palestinos. Descifrando la Guerra. Recuperado de https://www.descifrandolaguerra.es/el-apartheid-ecologico-con-el-que-israel-somete-a-los-palestinos/
Dilo bien alto, Marta. Es terrorífico lo que estamos viviendo en directo. No hay palabras.