Bristol, el gran oráculo digestivo
Esta semana te hablo de caca porque la salud empieza donde a veces no queremos mirar.
Durante una época de mi vida, iba al Anti-Karaoke y llegaba a casa con media tonelada de confeti encima. De hecho a veces aparece confeti en algún bolsillo o lugar insospechado. Lo que durante mucho tiempo fue sinónimo de fiesta, se acabó conviertiendo en muchas visitas al médico digestivo, pruebas, diagnósticos y medicación.

En nutrición y gastronomía hablamos muchos de los alimentos, los nutrientes, las formas de cocción, los tipos de dietas (tanto terapéuticas como culturales). Pero algo de lo que se habla muchísimo menos, a no ser que sigas a gente del mundo digestivo como Dietista Enfurecida, es de heces.
Tan importante es fijarnos en lo que entra como en lo que sale. Las heces nos dan muchísima información sobre nuestra salud. Tu caca te habla cada día y te dices cosas simplemente por su aspecto. Puedes haber normalizado el extreñimiento porque lleva años contigo y crees que eso es “lo normal”.
Hablamos mucho de comida pero muy poco de heces, flujo, fluidos corporales en general. Si bien es cierto que posiblmente sepas que la orina ha de tener un color amarillo pálido y que si esta es muy concentrada es que bebes poca agua, de la caca igual no sabes nada.
La escala Bristol
Para quien no la conozca, hoy quiero presentarte a la Escala Bristol. Si has tneido problemas digestivos o tienes una patología de este aparato tan imporante, será una vieja amiga. Pero creo que es algo que todo el mundo debería saberse de memoria.
Cuando voy al médico y digo la palabra confeti, me refiero a tener diarrea explosiva con heces en forma de confeti. Sí, lo sé, no te apuntaste aquí para esto. Pero con los años he aprendio a dar este tipo de eplicaciones tan cortas pero tan explicativas.
La realidad es que idealmente tendríamos que estar entre la 3 y la 4. Durante el ciclo mentrual hay hormonas que indicen también en cómo van a ser nuestras hecves, y nos podemos mover del tipo 2 al tipo 5 o incluso 6 en algunos de los días. Hay estrategias alimentarias si nos ocurre esto para añadir más fibra.
Cuando nos salimos del 3 y del 4 y se convierte en normalidad otro de los números, es muy es muy probable que algo no esté funcionando del todo bien. No te asustes, no te autodiagnostiques por TikTok, pero sí presta atención.
Bristol es una de las ciudades con más oferta vegana de Reino Unido pero en el mundo de los problemas gástricos es una escala de mierda. De cada. De heces.
Porque claro, si cada vez que vas al baño es un drama, o sientes que llevas contigo una piedra en el abdomen durante días, o por el contrario sales del baño como si hubieras hecho crossfit en el váter... Houston, tenemos un problema.
Y aquí es donde entra la observación. ¿Suena raro mirar tu propia caca? Tal vez. ¿Es útil? Muchísimo. No estamos hablando de montar una exposición artística, pero sí de echar un vistazo rápido y preguntarte:
¿Qué forma tiene?
¿Qué color?
¿Flota o se hunde?
¿Sale con facilidad o necesitas rezar un rosario?
Todo esto es información. Gratis, diaria (sería lo suyo) y personalizada. Una especie de newsletter interna que tu cuerpo te manda sin que tengas que suscribirte.
Y si estás pensando “bueno, pero yo como bien”, te digo: comer bien no siempre es suficiente. Tu sistema digestivo puede tener hinchazón, intolerancia, disbiosis o simplemente estar saturado de estrés. En algunos casos, hay también inflamación.
Así que lo dicho: observa, registra si hace falta, y si algo no encaja durante varios días seguidos, consulta a un profesional. A veces el cambio de una simple costumbre alimentaria puede marcar la diferencia entre vivir con confeti o volver a cacas tipo 4 para tu tranquilidad.
¿Sabías que el pan blanco puede ser tu aliado en una dieta blanda?
Sí, lo sé, suena a sacrilegio nutricional. Pero cuando tu sistema digestivo está en modo huelga general, lo último que necesita es un pan integral cargado de fibra insoluble que le ponga a trabajar horas extra.
En estos casos, el pan blanco, ese que normalmente miras con sospecha, se convierte en un salvavidas. Es más fácil de digerir, suave con la mucosa intestinal y no genera tanto residuo. Lo que tu cuerpo necesita cuandotu estómago no está bien no son alimentos ricos en fibra, sino alimentos que no le den pelea y le traigan descanso. Ya habrá tiempo para volver al centeno con semillas de chía.
En el post descargable de final de mes te contaré qué sí y qué no en una dieta blanda vegana, para que puedas cuidarte sin renunciar a tus principios ni a la practicidad.
Será un recurso descargable gratuito que podrás tener a mano Solo necesitas apuntarte al boletín, y te llegará directo al correo.
Y como sé que muchas veces salimos del tipo 3 y 4 y terminamos en el universo Bristol por el 5, 6 o 7 (hola confeti otra vez), este mes voy a compartir un post con indicaciones prácticas para seguir una dieta blanda vegana. Ideal para cuando tu sistema digestivo pide paz, tregua y cosas suaves.
Porque sí, a veces lo mejor que puedes hacer por tu intestino es dejarlo descansar con comida que no le dé guerra.
Importante que no normalices aquello que puede ser un indicador claro de que algo no funciona. Recuerda que si ves sangre o heces negras es motivo para ir de urgencias.